1. Estrenamos hace un mes nuestra pieza Cosas que nos gustaría ver sobre el escenario en el Festival Eurotopiques de Tourcoing, Francia. Festival internacional de proyectos, muchas lenguas, mucho a medio hacer, todos algo perdidos. Pasamos los dos primeros días a vueltas con pases de prensa y presentaciones. Ahí quedó claro el primer fracaso. Una institución empeñada en indagar sobre la profesionalidad (y la institución cuando habla de profesionalidad habla de dinero) de los participantes: un corpus de artistas de Europa. Es decir, un corpus de artistas pobres y hartos que hace tiempo que no crean por dinero sino por crear, por hacer, por no quedarse en sus casas mirando al techo. Era un poco incomprensible ver cómo insistían en la cuestión del dinero cuando allí éramos todos camareros, profesores, niñeras etc. En fin, mientras hablaban yo pensaba en la palabra ‘profesional’ y en el fracaso de las palabras, como el lenguaje también nos va hundiendo, como se alía con el poder.
2. Cosas que nos gustaría ver sobre el escenario es, entre otras cosas, una obra sobre el fracaso. Se articula a partir de una lista de eso, de las cosas que deseamos ver sobre la escena. Una lista sin ningún ánimo teatral más que la propia idea de lo que nos gustaría ver. Es decir, hicimos una lista sin pensar en el montaje, sin ponernos barreras, dejándonos llevar por el deseo y la imaginación. El primer fracaso de Cosas que nos gustaría ver sobre el escenario es ese empeño por alcanzar lo que deseamos, lo que imaginamos, entendiendo que aquello que baja del deseo o la utopía, en el momento que encuentra una forma, aparece en lo real, desaparece, se pierde.
3. A mitad de ensayo miramos el título y vimos la palabra ‘ver’. Hostia. Y en ese momento apareció otro fracaso. Fracaso por el cual ese ‘ver’ se convierte en una mentira. Porque allí estábamos haciendo y los que veían eran otros, otros de los que no sabíamos mucho, sobre todo, no sabíamos qué les gustaría ver a ellos. Así el fracaso de para ver tener que hacer y al hacer dejar de ver. O por decirlo de otra manera, la imposibilidad de la distancia y la acción al mismo tiempo, teniendo ambas lugares necesarios en estos tiempos, necesitando de las dos.
